sábado, 26 de diciembre de 2009

Belén bonito

Felices fiestas, pequeños saltamontes. Lo sé, lo sé, os tengo muy desatendidos, pero estoy hasta arriba con el trabajo, las casas, las fiestas, vamos, un no parar...

Y para que me perdonéis y ante la rechifla que hemos tenido este año que acaba con el belén de mi gran suegra (que por cierto, no me ha envenenado ni nada por el estilo como dijistéis que iba a pasar por criticar su belén kisch, tíos agonías...), aquí os dejo el belén de este año.

Afortunadamente para el buen gusto y para desgracia de las tendencias más agresivas e impactantes de la moda actual, Nines ha optado por su Belén de toda la vida para adornar la entrada de su casa. (si lo que dice ella, que es una incomprendida del arte, que "eso" en 10 años, lo más de lo más).
Portal entero.

Detalle del portal.

Detalle de los reyes pasando por el puente con la ropa tendida, oigaaaaaaaaaa
Detalle de la Anunciación con las ovejitas pastando. Las casitas están hechas artesanalmente por Luna pater.

Bueno, pequeños, pues eso, Felices Fiestas y que el 2010 os traiga de todo como en botica (pero de las buenas, que para malas ya hemos tenido).

Ahhhh¡¡¡¡ Que la penitencia que me impuso Luna (querer poner en nuestro salón el Sagrado Corazón de Jesús con el corazón ahí todo salido en plan Tarantino) por cachondearme del Belén del año pasado no se ha cumplido... Pero una amenaza se cierne sobre mi cabeza... Nos va a regalar una vajilla... Ya os contaré....



lunes, 7 de diciembre de 2009

Sr Bassat, está usted despedido

No suelo hacer crítica de concursos ni series de televisión. Desde que salió la publicidad de Gran Hermano 1 y grité a los cuatro vientos que eso iba a durar dos semanas (y este año va por GH 11, siendo yo estúpida de mí seguidora del programa) me abstengo de hacer predicciones sobre los programas o series. (a ver, no siempre puedo acertar en mis predicciones brujiles).

Si me gusta una serie o programa lo veo. Si me gusta mucho, lo recomiendo (LOST, porque si han conseguido medio explicar convincentemente qué hace un oso polar en un isla paradisiaca, se merecen que lo vean). Si no me gusta, lo digo en bajito o me callo. Pero es que esto es muy grande.

Hablo del programa de la Sexta El Aprendiz. Básicamente son un grupo de ejecutivos agresivos con diferentes profesiones (pero muy encaminados al tema empresarial de "alto" nivel) que quieren conseguir ser el mejor líder y un puesto de trabajo con Luis Bassat, considerado el mejor publicitario español (La Sexta dixit). Había escuchado ciertos comentarios sobre el programa de algunos amigos y blogueros comentando que era lo peor, que iban a cuchillo contra todos, que representaban lo peor de los negocios de alto nivel.... Me picó la curiosidad, vi un trozo y la verdad es que fue decepcionante.

Delante del señor Bassat intentando justificar su trabajo (marketing empresarial, sondeos y publicidad, captación directa de compradores, reparto de tareas y liderazgo...) echando mierda al resto del personal. Y del Sr. Bassat, pues qué decir, la verdad es que no sabía quién era, y en la librería leí un poco de uno de sus libros.... Estaba bien escrito. Y decía obviedades sobre el mundo de los negocios que cualquiera que tenga dos dedos sabe (tratar bien al cliente, no tratarlo de tonto, no engañarle...). Lo que no entiendo es que cómo una persona con la biografía profesional de este señor se ha dejado embaucar para este programa. En fin....

A lo que iba. Estaba viendo un trozo, y justo es en el momento en que están hablando de que dos concursantes no iban a estar en el cumpleaños de su hija pequeña (ella) y en la boda de su hermano (él), que qué pena, pero que que esto era así, que era una dura prueba, pero que los negocios son así de duros... y los sacaban llorando y hablando con sus familiares. Y ahí me encendí. VERGÜENZA AJENA.

Sr Bassat:

Si yo tuviera una empresa (mediana, grande, gigante, como sea) y me viene a una entrevista alguien con un currículum brillante y me dice que estaría dispuesto a no estar en la boda de su hermano por trabajar conmigo, a mí me temblaría la paletilla y le echaría ipso-facto. Me explico.

Tal y como están las cosas, con el espionaje industrial, la falta de ideas creativas y la importancia del dinero sobre la lealtad empresarial, ¿de verdad me voy a fiar de una persona que renunciaría a estar en un día tan importante en la vida de alguien (boda de un hermano, cumpleaños de su hija pequeña) por estar en una reunión (sobre todo si esa reunión se puede posponer, cambiar o adaptar? ¿Quién me dice a mí que si es capaz de eso no me va a dejar tirado en medio de un proyecto importante por una oferta económica mejor o por un puesto más atractivo?, ¿Qué impedimentos morales va a tener esa persona para pegarme una patada a la primera de cambio y vender mi idea a otra empresa si no tiene problemas en decir que no a su familia?, ¿Qué respeto voy a tenerle?.

Pero sobre todo, Sr. Bassat:

Si yo me hubiera dejado los cuernos formándome en diversas carreras, aprendiendo chino, japonés, alemán... para ser el mejor profesional y me encuentro con un líder (USTED) y me dice que no sólo no voy a poder estar en ciertos días únicos en la vida de mi familia, sino que además usted NO VA A HACER NADA (como se vio en el programa) para que yo pueda estar allí, ya puede ser usted el mejor publicitario español y del mundo, que su trabajo no lo quiero. Y no lo quiero porque usted NO es un buen líder. Un buen líder fomentaría que sus empleados estuvieran contentos, que estuvieran motivados en la empresa, que no se consideraran un número más al que le quieren sacar el mayor provecho profesional obviando lo personal. Un buen líder sabría que un empleado feliz es un empleado que rinde más, que se implica más en la empresa porque la empresa responde por él.

Un buen líder habría permitido que esas dos personas se cogieran un tren o avión y hubieran estado aunque fuera una hora con su familia. Y habría fomentado la camadería en ese grupo, dando a la persona que se quedaba la responsabilidad de ser líder, al saber que parte del trabajo recaía en él por una buena causa, favoreciendo por parte de los que se iban un sentimiento de gratitud que se plasmaría en unas ganas locas de trabajar y de devolverle el favor. Y si realmente no se podía porque era inviable (que no me lo creo), debería haber buscado la forma, por ejemplo con una videoconferencia, donde pudieran verse con sus familiares y no tener que recurrir a una triste llamada por teléfono.

Los negocios son duros, señor Bassat, porque las personas los hacen duros. Los altos ejecutivos tienen mala fama por cosas como éstas. Por todo ello, Sr. Bassat, está usted despedido.