Los libros no son chorizos

Uno de mis sueños cuando era pequeña era ser escritora. Más tarde fue ser profesora de literatura. Todo eso cambió cuando tuve un profesor amargado de literatura que nos daba clases magistrales y parecía que estaba recitando la compra cuando nos explicaba el Quijote.

Ahora, estando en la Feria del Libro de Cáceres, me he dado cuenta que hay muuuucha gente que ve los libros como chorizos, o por lo menos los trata como tales, sin ninguna delicadeza. Los abren hasta casi romperlos, los manosean con todos los dedos manchados por los helados...

Entiendo que no sean sus libros, que uno tiene derecho a curiosear el libro que quiere comprar. Lo que no entiendo es que una vez que deciden que no lo quieren, bien porque no les guste el argumento, bien porque es muy caro, lo tiren al mostrador como una barra de chopped. Por amor de Dios, que son libros, son joyas en miniatura. Unos son piedras preciosas y otros libros son joyas semipreciosas, un poco de mimo, un poco de delicadeza, que es cultura...

Para los que no sepan qué libros comprar, recomiendo los libros que aparecen a la izquierda del blog, y luego estos que se están vendiendo como churros:

• El niño del pijama a rayas.
• La sombra del viento y el Juego del ángel.
• El final de la guerra de Filipinas contada por un soldado extremeño.