miércoles, 25 de marzo de 2009

Colecciones

Hoy he terminado por fin la colección de libros de Terry Pratchett. La empecé por casualidad pura y dura, la verdad. Me había leídos unos cuantos y me había divertido mucho leyéndolos, así que me compré el primero porque estaba de oferta y poco más. Pero a la semana vino la segunda entrega, y la siguiente, y la siguiente.... y allí estaba yo en la tienda preguntando por los libros. Y después de 28 entregas por fin tengo la colección. Hay que decir que algunos libros son purrela, pero bueno, los demás están muy bien.

Y me ha dado por pensar en la gente que colecciona objetos, y casi todos coleccionamos algo, aunque no nos demos cuenta. Gracias a mi prima Lala me enganché a la lectura y a comprar libros aunque pudiera leerlos en la biblioteca. Gracias a ella descubrí a Vázquez Figueroa, y libros como Ébano, Sultana Roja... Me acuerdo cuando era pequeña y siempre la veía con libros muy gordos que los devoraba en pocos días, y de que siempre me dejaba sus libros, aunque se los devolviera tarde. Gracias a ella tengo uno de los mejores vicios que se puede tener, lástima que ocupe tanto espacio.

De mi abuelo, que era cartero, y de la abuela que guardaba cientos de sellos, también se me pegó la afición, y allí me veías dando la coña a mis amigos que se iban de vacaciones fuera de España. Recuerdo que cuando se casó mi prima Sara le puse la cabeza loca pidiéndole que me trajera sellos de Túnez. Y me los trajo. Aún tengo guardados los sellos.

Hoy he ido al mercado con Raquel y ella ha caído en la tentación y se ha comprado un bolso. Otro bolso a su extensísima colección, a la que pronto le va a tener que poner freno o se va a tener que ir de su propia habitación. Yo no he caído en la última aficción coleccionista que tengo: Los pendientes, pero vamos, a un tris he estado... Menos mal que no me ha dado por el tuning...

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