viernes, 30 de mayo de 2008

Hasta los mismísimos de Vodafone (menos de Victoria)

He desperdiciado 35 minutos de mi vida intentando presentar una queja a Vodafone, que al final no ha servido para nada. Bueno, sí, para quedarme yo más tranquila, pero a parte de eso no ha servido para nada.

16:42: Llamada de Vodafone para decirme que me han agregado un nuevo servicio a mi cuenta. Yo la digo que no sé de qué está hablando y que me lo explique. Me empieza a decir las maravillas del servicio (que me ha agregado antes de que yo diera mi permiso) y ya al final, de pasada, me dice que me vale 3 euros al mes. Yo la replico que 1. no lo quiero, y 2. que no la he dado permiso para añadirlo. La chica me vuelve a intentar vender el servicio y la digo que no, que no lo quiero. Y coge y me cuelga. Sin más....

Y claro, yo entiendo que les paguen una miseria, entiendo que son muchas horas aguantando a imbéciles que les faltan al respeto, entiendo que se queden sin voz.... Lo que no entiendo es que a gente que les trata con educación les cuelguen sin más, sobretodo porque han sido ellos los que me han llamado, no yo.

16:48. Así que cojo el 123 y llamo. Para que me expliquen si eso es el protocolo de actuación que tienen que seguir y que si es así, no me parece normal, y que quiero hacer una reclamación. Y ahí empieza el calvario. Me han pasado por 4 departamentos diferentes, he hablado con 6 personas distintas (la que me colgó, Manuel, Roberto o Jesús, Joanna, Valen, Rosa y por fin Victoria) he llamado a 2 números diferentes...

17:16: Victoria, responsable de no sé qué área, creo que una responsable de atención al cliente, me atiende. Creo que la chica anterior, Rosa, le había predispuesto para que aguantara el chaparrón, porque creo que me notó que estaba "un poco" cabreada. Con toda la educación que pude y acordándome de Rachel, mi amiga currante en Atento, intento explicarle la situación, lo mal que me había sentado, las personas con las que había hablado y el tiempo estúpido que había empleado en poder hablar con mi compañía de móvil.

Y me dice que no es el protocolo de actuación a seguir, que seguramente tenga razón (a estas alturas ya me había olvidado porqué carajo había llamado) y que lo iba a mirar. A mi me sonó a lo que dicen las madres cuando les pides de pequeño un juguete muy caro, (sí, sí, cariño, luego lo compramos....) Pero a esas alturas de la llamada, me valió.

A partir de ahora no cojo llamadas de identidad oculta, aviso. Y si alguien de la competencia ve esto, que me llame, y si es de Vodafone, que se vayan al carajo todos (menos Victoria).

No hay comentarios: