lunes, 14 de julio de 2008

La presión de la masa

En una de las clases de psicología social nos pusieron un claro ejemplo sobre el poder de la masa sobre la propia opinión personal. En un estudio social, separaron a una clase. A una mitad se les dio un poema con la firma de Vicente Aleixandre, premio Nobel de Literatura. A la otra mitad se le dió el mismo poema, sólo que sin el nombre del autor. Les pidieron que comentaran el poema y le pusieran nota. Resultado: Las notas fueron más altas y los comentarios más positivos en la mitad donde estaba puesto el nombre del autor, así como el dato de premio Nobel. En la otra mitad, las notas variaban mucho, así como los comentarios.

En otro estudio social, a unos voluntarios se les pedía que indicaran el objeto más voluminoso de una serie delante de otras personas. Los voluntarios eran los últimos en decir cuál era el objeto más grande. Pasaron 6 personas delante del voluntario señalando un objeto que era, a toda vista, el 2 más grande. El voluntario, último en hablar, casi siempre señalaba el mismo objeto que decían los anteriores. Cuando el experimento acababa y se le preguntaba por qué lo había señalado, siempre explicaban que como los otroshabían señalado el 2 más grande, el voluntario pensaba que era él el que estaba confundido, así que había confiado en el juicio de los demás antes que en el suyo propio.

Todo esto lleva a la gran importancia que le damos a la opinión de los demás, y no a la nuestra. En muchos casos está bien, ya que tanto ego acabaría por matarnos, pero a veces, quizás no deberíamos estar tan pendientes de lo que la gente pueda pensar de nosotros si decimos que algo no nos gusta. Quizás lo que le gusta a la mayoría no tiene por qué ser precisamente lo mejor. Veáse los toros . O Enrique Iglesias, líder de ventas. O a las moscas, que comen mierda ( y son muchos millones, y no por ello nosotros la comemos...)

El sábado me miraron raro por llevar la contraria sobre un libro. De hecho alguno se escandalizó y huyó despavorido del bar para no escucharme... Cómo había osado semejante barbaridad, "meterme" con el dios Stephen king...

Pues sí, y lo repito, aunque me corran a gorrazos por todo Cáceres y parte del extranjero: El relato La Niebla es muy flojo. Es mucho mejor con diferencia La Larga Marcha (que como siga el mundo como va estamos muy cerquita de que pase en la realidad) y no se le ha dado tanto bombo. Y puede que en los años 70 el libro fuera la bomba, que el autor fuera el primero en hacer esa temática de suspense, que es un dios de la literatura... pero La niebla es muy previsible, no tiene interés ninguno y es un poco chorra el argumento. Lo único que se salva son algunos personajes que están bien construídos. Los demás se basan en estereotipos.

He dicho.

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